[Kiara Liane Meléndez Cruz]
Nuestra isla
se encuentra en un estado de evolución artística, es decir, los puertorriqueños
aún examinan el arte desde una perspectiva muy tradicional. El tatuaje como
medio artístico se encuentra en una posición de debate y aceptar el tatuaje
como arte es aún un tabú para muchos.
El arte
corporal, a través de la historia, es considerado un tema sumamente amplio
desde una perspectiva antropológica. Decorar el cuerpo humano es una actividad
realizada por el hombre desde casi su propio origen. Se conocen un sinnúmero de
maneras para marcar el cuerpo, como lo son las perforaciones, cicatrices,
manipular las formas del cuerpo a unas no naturales, entre otras. El tatuaje no
es nada nuevo, no es un fenómeno
moderno. Un cazador de la edad de bronce (3,300 AEC), nombrado como Otzi
fue encontrado el 19 de septiembre de 1991 enterrado en la nieve de los Alpes
italianos por unos turistas. En sus espaldas y coyunturas tenía unas marcas,
que aunque no se veían como un dibujo reconocible, se comprobó científicamente
que eran parte de un tratamiento curativo de acupuntura. Moviéndonos más adelante en el tiempo, los
marineros fueron los responsables de importar la moda de los tatuajes en el
occidente. Aproximadamente en año 1771, los
marinos visitaron Tahití en expediciones para explorar nuevas tierras. En ese viaje intercambiaron prácticas
culturales que les llevó a aprender de esta forma de marcar el cuerpo.
La palabra
tatuaje es de origen oceánico, viene de la frase polinesia “tatau”. Está
compuesta de dos palabras, “ta” que significa dibujo o impresión y “tau” que
significa piel. Al unir las dos palabras
adquiere el significado de dibujo en la piel. Cuando pensamos en tatuaje lo
asociamos con piratas, rockeros, criminales, presos, motociclistas, en fin,
sujetos subalternos a la norma social. Sugiero que este modo de pensar es hasta
cierto punto un discrimen a este tipo de arte. Un buen artista del tatuaje
invierte mucho tiempo, dedicación y esfuerzo, sin contar la inversión
económica. El tatuaje no se trata de trazar líneas nada más, sino de la
creación de una obra de arte en un lienzo tan delicado como lo es el cuerpo
humano. Hay una gran diferencia entre la capacidad de dibujar y la capacidad de
plasmar una obra de arte en el cuerpo de una persona. Aprender a aplicar un
tatuaje a diferentes clientes con diferentes tipos de piel, por ejemplo color
de piel, tipo de piel (grasa, reseca, normal, alérgica), entre otros, es una
tarea complicada. Algunas de las destrezas que debe tener un buen artista del
tatuaje, debe ser una persona con una destreza muy pulida respecto al dibujo
con especial atención a los detalles; debe tener un buen ojo para el color,
buen pulso, excelente visión, y un buen conocimiento de las medidas de
seguridad para evitar contaminación cruzada, cómo esterilizar su equipo, cómo
limpiarlo, cómo deshacerse de materiales contaminados como agujas, algodones y
otras cosas. Una cosa es ser un artista en papel y otra cosa es ser un artista
del tatuaje. Su medio es la piel, así que sus procesos son completamente distintos.
El tatuaje,
a mi entender, es un conjunto de ideas entre el artista y su cliente. El arte
no proviene meramente del artista sino es una colaboración entre ambos. Muchas
personas se tatúan por diferentes razones ya sea para recordar a un ser querido, otros para
decorar su cuerpo, hechos importantes como el nacimiento de un hijo, un amor,
entre otras cosas. Cualquiera que sea su motivo, mirándolo desde una
perspectiva artística, estos lienzos andantes quizá no pueden ser expuestos permanentemente
en un museo, pero su museo es el mundo entero y pueden llegar a lugares que la
pintura u otros medios de arte no podrían jamás llegar.
Uno de los
máximos exponentes de este medio y a orgullo nuestro, es el artista
puertorriqueño Juan Salgado. Salgado presentó el pasado 21 de febrero en el
Museo de Arte de Puerto Rico en Santurce, parte de sus trabajos artísticos los
cuales realiza en lienzo, tablas, paredes y piel como parte de un evento
titulado Arte Jangueo. No obstante,
lo que más llamó la atención fue que, en vivo y a todo color, tatuó a una joven
frente a todos los presentes. De esta
manera el público pudo ser parte del proceso tanto del que realiza el tatuaje
como del que está siendo tatuado. Emociones diversas son experimentadas de las
tres partes, el tatuador, el tatuado y el espectador. Esta presentación en vivo
retó al público a pensar por sí mismo si el tatuaje es arte o no, al
incursionar de manera directa a la esfera del mundo oficial del arte y los museos.
Pienso que
el tatuaje no se le da el crédito que merece. No se le tiene un lugar
específico en lo que se le considera como “high art” o arte oficial, pero
debería tenerlo. Este medio es sumamente complicado y difícil, y no todos los
que se consideran artistas lo pueden dominar.
Son muy pocos los que son reconocidos en este medio por lo retante que
puede ser. Tal vez, esta percepción de la sociedad de que el tatuaje no es considerado
arte de altura se debe a que cualquier persona, en esencia y realidad, tiene la
capacidad de realizar un tatuaje o marca en el cuerpo de otra persona, pero
está muy lejos de lo que podríamos considerar como arte por lo mediocre de su
realización.
El buen artista de tatuaje extrae de su imaginación los tatuajes,
tiene un conocimiento sobre los elementos formales del arte y los principios de
diseño, en adición a un dominio de las complejidades involucradas al ser su
soporte la piel de su cliente, y no una superficie rígida e inmóvil como un
lienzo. Claro está, a mi entender, no todos los tatuadores tienen el mérito de
llamarse artistas. Como ser artista es una profesión no necesariamente regulada
-me refiero a que no tienes que estar colegiado, tener una licencia, o haber
estudiado sistemáticamente- realísticamente, cualquiera puede hacer un tatuaje,
aunque sea de baja calidad. La opinión
de quién es un buen artista en términos generales lo tiene el espectador o el
público, que con su opinión valida el trabajo del artista. En mi opinión
personal, considero que el tatuaje es un arte, muy complicado por cierto, y que
se le debe dar el lugar que merece en el mundo del arte, asunto que poco a poco
vemos realizado, en manos de Juan Salgado y otros artistas del tatuaje,
orgullos de nuestra isla.
[Kiara
L. Meléndez Cruz]
http://lemuriamartabalbi.blogspot.com/2010/02/blog-post.html
Siempre me han gustado los tatuajes, siempre los consideré arte. Pero, nunca había considerado el reto que supone el color o tipo de piel de la persona a ser tatuada. Considerarlo permite una nueva perspectiva y una razón más para admirar a los buenos artistas del tatuaje. Gracias por la información, el conocimiento es la llave para crecernos como pueblo.
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