viernes, 9 de mayo de 2014

Desacato al cuerpo femenino y lo masmediático
[Por Angelía Rivera Barreto]
            El cuerpo como arte lo sostiene todo y el cuerpo femenino como campo de batalla lo quiere resistir más. Formando parte de una perspectiva posmodernista, reaccionar desde ahí fue una estrategia realizada por artistas feministas que ampliaron su estética desde lo individual o lo colectivo. Solo para crear era necesario una mirada propia, un concepto, un escenario ideal donde llamar la atención y una documentación obediente al alcance de los caprichos de su ejecutante. Algunas artistas  trabajaron tanto en el body art, la performance, el video, el arte conceptual, entre otros. Éstos fueron medios de acción que posibilitaron una manera legítima del proceso artístico y atender de cerca la transgresión del patriarcado y visibilizar espacios femeninos y militantes nunca antes dados. Esta visión posmoderna traída por mujeres apoderadas de su sexualidad e identidad  lo expresaron hacia el mundo exterior. El punto principal era el cuerpo y éste podía llegar a donde se deseara.
            Al realizar una mirada panorámica de la historia del arte desde finales de los años 60 hasta hoy, la receptividad del cuerpo de la artista en el espectador ha sido distinta y no discreta hasta cierto punto. El mundo global y cibernético desde el nuevo milenio hizo necesario un giro en la producción de la obra de arte. Dentro de este marco teórico que afecta lo que se estudia hoy sobre la estética corporal feminista se encuentra en primer plano la artista vienesa activista y militante Valie Export. Esta mujer realizó una acción titulada Genital Panic en pleno festival de cine porno en Munich, Alemania en el 1969. Mientras las luces estaban apagadas, la artista con metralleta en mano, camisa de cuero y pantalones con pubis peludo al descubierto, apuntaba a los presentes sentados en sala. Genital Panic, llevaba un mensaje claro y consistente de  llamar la atención del público anónimo que veía cine porno en la Alemania de posguerra. Pensando que se trataba de un cine donde actuaron cuerpos desnudos anónimos, Export se enfrentaba armada y lista para volarle la cabeza a cualquier atrevido que opinase o se moviese de allí. Su caso particular es el de un terrorismo genital que incitó a pensar cómo una acción sencilla podía trastocar un público que buscaba la privacidad en la mirada masculina y anónima del cine.


            Varios años después de Valie Export, Carolee Schneemann impactó en un performance titulado Interior Scroll, hecho en 1975 ante un público esta vez más despierto y menos amenazado. Esta artista ejecutó desnuda, tomó distintas poses encima de una mesa  mientras leía  un poema de su autoría  titulado Cézanne, she was a Good Painter, mientras lo extraía de su propia vagina. Schneemann se había inspirado en hacer este performance en reacción a distintas críticas sobre su manera de hacer arte por medio del cuerpo desnudo. Ella dejó claro que su cuerpo es el mecanismo más poderoso que tiene y su principal fuente de conocimiento y autenticidad en el mismo proceso artístico. Son sus ideas lo más relevante a la hora de crear y  es de su conocimiento lo que le hace comunicar tanta expresividad interna.
            A través de la aportación de Carolee Schneemann y otras mujeres feministas que laboraron en instituciones, tales como Judy Chicago y Miriam Schapiro, el cuerpo se concebía como un estatuto donde se pautaba lo político. Esto se manifestaba por medio de lo doméstico, la menstruación y todos los elementos psicoanalíticos que lanzaban el sexo femenino a construirse para a fin de cuentas y por medio de su arte deconstruirse. Entre huelgas, protestas, “billboards” en todas las calles y ''slogans'', por otro lado, las Guerrilla Girls pasaron a ser desde el 1985 hasta principios del 2000 en el colectivo por excelencia que se enfocó en informar cómo el sexismo predominaba en los museos y galerías. Estas mujeres en principio no tenían identidad, sino unas máscaras de gorila, haciendo representación de las artistas muertas que nunca se expresaron de manera justa. Por ejemplo, la cantidad de mujeres que había en el 1980 en Nueva York era el 10 por ciento en total a la cantidad masculina. Por medio de su anonimidad, la Guerrilla Girls lograron ejercer presión en los medios y en las calles para que la representación femenina en el mundo del arte se le hiciera justicia.


            De las Guerrilla Girls se traza una línea imaginativa hacia una era más cercana y reciente para mi generación: la de las Pussy Riot, las del grupo punk rock ruso que desde el 2012 tuvieron una lucha intensa con la moral y la ley de su país. Su fiebre y su denuncia al gobierno sexista todavía concierne leer. Dentro de su estética fuerte, emancipadora y desobjetualizada, traza un llamado casi a pensar que el cuerpo si parte de lo individual o lo colectivo será percibido de forma volátil. O si el ataque al estado y la Iglesia es explícita y se reprime contra la mujer, entonces, la lucha del cuerpo desnudo parecería ser que aún no lo ha demostrado todo. Además, si el cuerpo femenino es capaz de destapar el sexismo y el machismo, entonces hay que prepararlo como un campo de batalla.
            Tanto como lo hacen hoy el grupo Femen Internacional, un grupo de mujeres de origen ucraniano que desde su inicio ha adquirido distintas mujeres del mundo y tienen su sede en Francia. Luego de las disputas entre las Pussy Riot con el mundo asiático, estas mujeres alborotosas, atrevidas y tremendas se enfrentan a muchos países en Europa y Asia para denunciar asimismo el machismo, la religión y el sexismo. Ellas con sus pechos al aire y mensajes cortos, salen en grupo en son de protesta a recibir macanazos de cada estado al que visitan, pero con un mensaje claro que los golpes o las sacudidas no logran opacar.
            Femen en sus luchas de cuerpos fuertes no se resignan con la desigualdad social que todavía hoy concierne a muchos sectores. Buscan la reacción de la gente, tal como una vez lo deseó Valie Export e informar sobre la batalla que día a día amerita enfrentarse ante la constante fragilidad humana y sus excesos de poder. Es necesario, ahora más que nunca, entrenar los pechos para resistir las injusticias sociales, salir de vez en cuando a recordar que hay demasiado que mostrar, no solo con el pensamiento sino con lo que se desnuda con un simple concepto y puede decodificar miles de mentiras milenarias e ilegítimas. El cuerpo como arte lo sostiene todo y el cuerpo femenino como campo de batalla lo quiere resistir más.



Para más información:
http://femen.org/en/gallery/id/112
http://ggbb.org/
http://www.youtube.com/watch?v=tH4hjg83Mt8


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