viernes, 9 de mayo de 2014

Energía en reposo
[Por Yinely Padilla]
Somos la energía más enigmática, las líneas más precisas, el pigmento que da vida, el sonido del sentimiento; somos arte. El arte nace del arte por esta razón utilizamos nuestro cuerpo para crear las mejores obras.  El cuerpo como herramienta perfecta es uno de los componentes artísticos más destacados. El performance es la práctica donde el artista se convierte paralelamente en autor y objeto de arte. Su materialización se encuentra en el cuerpo, santuario donde tiene lugar una visión.



Estoy interesada en un arte que perturbe y rompa ese momento de peligro; por eso, el público tiene que estar mirando aquí y ahora. Deja que el peligro te concentre; esta es la idea, que te concentres en el ahora.
-         Marina Abramovic
Nacida en Belgrado en 1946, hija de guerrilleros yugoslavos, sus primeros performances en torno a los años 70 fueron una forma de rebelarse contra su estricta educación y la cultura represiva del gobierno. Como todo su trabajo, eran rituales encaminados a liberarla de su pasado. En 1975 Abramovic conoce a Ulay, artista con quien tiene en común sus preocupaciones artísticas. En las siguientes dos décadas viven y colaboran juntos, realizan performances y viajan alrededor del mundo. Sus performances exploran los parámetros del poder y la dependencia dentro de la relación triangular entre ambos y los espectadores. Buscando desobedecer con su cuerpo los límites del propio cuerpo de la mente, y de la relación entre el espectador y el artista. Muchas de sus actuaciones llegan a atacar la plenitud de su propio cuerpo. Durante la obra Rest energy (1980), Marina Abramovic permaneció de pie, frente a su compañero Ulay, sujetando ambos un arco y una flecha, apuntando ésta al corazón de Marina. Dos pequeños micrófonos grabaron la rápida aceleración del pulso de ambos. A medida que la actuación fue progresando, los latidos eran cada vez más intensos, y aunque duró sólo cuatro minutos y diez segundos fue uno de los retos más difíciles a los que se ha enfrentado Marina. Fue una actuación en la que depositaba  confianza total y absoluta a Ulay, quien sujetaba la flecha.  Sus obras tienen son un ritual que trasciende más allá del miedo al dolor físico, de lograr un estado mental y físico que le permita entrar en una dimensión en la que esas limitaciones ya no se proyecten sobre su mente ni sobre su vida. Buscando el límite en el cual el público comprueba su resistencia a atestiguar el dolor y el sufrimiento, Abramovic crea un punto de ruptura marcando radicalmente las sensaciones del presente del espectador.


El performance de Abramovic  está basado en trascender el dolor físico, y manifiesta un intento no sólo de exorcizar su sufrimiento sino el de traspasar los límites de su resistencia a través de la expresión artística. Con ello, parecería querer demostrar que  a través del performance y el ritual, es posible escapar de los obstáculos que se le imponen al ser humano.  Su ambicioso y profundo proyecto se encamina a descubrir un método a través del arte que haga a al ser humano más libre.
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